domingo, 11 de octubre de 2015

HISTORIA

El ballet clásico o danza clásica es una forma de danza cuyos movimientos se basan en el control total y absoluto del cuerpo, el cual se debe enseñar desde temprana edad. Se recomienda iniciar los estudios de esta danza clásica a los seis o siete años, ya que el ballet es una disciplina que requiere concentración y capacidad para el esfuerzo como actitud y forma de vida. A diferencia de otras danzas, en el ballet cada paso está codificado. Participan invariablemente las manos, brazos, tronco, cabeza, pies, rodillas, todo el cuerpo en una conjunción simultánea de dinámica muscular y mental que debe expresarse en total armonía de movimientos.

El ballet surgió en la Italia del Renacimiento (1400-1600). Fue en Francia durante el reinado de Louis XIV, apodado “Rey Sol” que surge la necesidad de la profesionalización y en 1661 se crea la primera escuela de danza: Académie Royale de la dance. En 1700 R. A. Feuillet publicó Choréographie ou Art de noter la danse donde por primera vez se reproduce la totalidad de los pasos codificados y se funda un primer conato de transliteración o notación de las figuras. En 1725 P. Rameau con su Traité Maître à danser perfeccionó toda la técnica hasta entonces planteada.





En la actualidad todas son fuentes de inspiración mutuas pero merece la pena saber el origen de cada una de ellas. Existen diferentes métodos, un legado básico de cuatro.

En 1661, en Francia se crea la primera La Académie Royale de danse considerada oficialmente profesional. Conocida como la Danza Clásica. A través de su constituida terminología fue divulgándose como referente por todo el mundo. Caracterizada por una extremada precisión en la ejecución y la elegancia refinada del movimiento. No será hasta 1920 donde se integrará los aportes de la escuela italiana y de sus numerosos artistas rusos desarrollando, a partir de mediados del siglo XX, un movimiento que acentuará los puntos extremos de los saltos y de la extensión.


Las puntas son zapatillas especiales, que las bailarinas adquieren cuando poseen la fuerza requerida en los músculos del pie y la pantorrilla. Al principio de este proceso, las bailarinas sufren de un intenso dolor en los dedos y articulaciones, pero con los años van adquiriendo mayor fuerza y conocimientos que hacen que sus pies sufran cada vez menos.



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